Los caminos nunca se acaban... están a medias, son como los cigarros mal apagados en una parada de bus. Por eso siempre se tiene que seguir, las elecciones, los caminos y los pasos llenan de sentido los segundos que marcan la vida.
Un día escuche "que a donde vayas no haya carreteras, que tu huella sea siempre la primera"
Y claro, existen metas. Yo las que quiero son metas que al llegar, solo tenga que descansar para seguir a la siguiente... porque la libertad también es convertir las metas en pausas...transformar el final para convertirlo en inicio.
Llenándome los días de caminos, caminos para mirar...
imagina solo por un momento, que ahora puedes entrar en la pantalla y tocar la mesa y las sillas de mi foto....
te invito a venir, entras....y me arranco y te digo...
- ven siéntate....
dale al pause, que seguro que te lo encuentras en algún lugar.
olvídate de todo lo que tengas y de todo lo que quieras conseguir. hazlo solo por un instante.
ahora es momento de descansar para así luego poder pillarlo todo con más fuerza.
- ven siéntate...
párate aquí a mirar...deja que el resto de las cosas que llenan tus minutos, se marchen a dar una vuelta.
quédate en silencio...
que se marche el ruido...
- ven siéntate…
deja que el sol pinte tu piel... recibe al viento que te acaricia....y mira a tu alrededor...
fíjate en cada detalle que te rodea, alza al cielo los elementos que conforman la vista que estas obteniendo... se el descubridor de tu propio entorno...
y solo así, obtienes uno de los placeres deesta vida en pause; mirar para recibir...
un día, unas
manos se desnudaron quitándose unos guantes de calle que las cubrían del frio,
para vestirse con los guantes que las protegerían en el momento de forjar y
construir esta puerta de pomos simétricos y acero granulado que separarían un
espacio de otro.
otro día, otras
manos agitaron botes de spray con pintura negra y blanca. la canica del
interior golpeaba dentro del bote metálico haciendo ruido a antiguos juegos de
infancia. destaparon el bote y con el dedo índice apretaron para pulverizar
pintura a presión sobre el acero forjado por aquellas otras manos.
llegaron los días
en que la puerta se abría para dar paso a personas y a luz que fulmina sombras,
en medio de un callejón de mi ciudad. llego la luz tras la manos.... el acero
se aparto para ampliar y liberar el camino cortado por esta puerta. y allí se
rompió el paréntesis metálico que a veces interrumpe la continuidad del suelo
que pisamos...
y allí abriendo
puertas, mis manos sujetaron la cámara. mi mirada se coló a través del objetivo
y mi cabeza ordenó un disparo para congelar de forma permanente el pomo, el
acero y la pintura que conforman la puerta que hace tartamudear al viento que
sopla en aquel callejón, al no poder continuar su rumbo natural. un metal que
detiene a mis ojos que se estrellan contra la puerta.... intentando imaginar
que abra detrás.... construyendo miles de hipótesis, generando preguntas que
solo se responderían con una llave... por eso estoy ahí, abriendo la puerta con
mi mirada....
Al mirar, me dedico a girar la cabeza hacia atrás...para intentar ver el pasado.
Me dedico a dar devolver algo de vida a recuerdos que casi están muertos.
Cosas que solo se sostienen y mantienen por la gravedad...
Aunque los minutos que incluyen los días, que construyen los años, estos que fabrican décadas... cuyo único resultado es el tiempo....
Se están encargando de borrar un pasado.
Yo lo capturo y lo guardo... para volver a mirarlo cuando ya no esté. Para saber y recordar que algo hubo allí... que los arreglos los hacía una tal Lidia. Y aunque las tijeras ya estén oxidadas.... aunque la persiana no esté engrasada.... y cuando vuelva a levantarse chirríe....y aunque nunca más se vuelva a coser dentro de ese local... aquello fue....
una fábrica de ilusiones...
Y lo guardo, así siempre quedará el recuerdo que obtengo al mirar hacia atrás....
Es como cuando tienes una luz detras de la mano.... proyectas la sombra de tus dedos sobre una superficie, en una pared.
Te gusta hacer formas con los dedos, verdad?... eres tu mismo quien juegas con esa luz, lo enseñas a los más pequeños.... les enseñas a divertirse... eres el que manda...
Pues el viento hace lo mismo con nosotros.
Sus manos; las nubes.
Su luz; nuestro sol....
y se dedica a soplar... a mover las nubes por el cielo, les da forma... juega con ellas....nos enseña sus trucos...
Y si sabes mirar, si te paras y "paras" tu cabeza... el viento te convierte en su propio "pequeño"....
y te enseña cosas, se inventa las formas para ti...
y así viento, sol y nubes, tienen sentido al mirar...
el inviero se ha largado sin pedir permiso, sin despedirse... amenazando que volverá, para vengarse, para redimirse....
y la temperatura del color cambia. el calor empieza a llamarme desde allí a lo lejos....
y los arboles están de estreno... nos enseñan sus nuevas hojas...como si se hubieran ido de compras.
Con fuertes ramas que se han musculado de hacer fuerza resistiendo al viento del invierno, ese es su entreno.
La hierba se alza mirando al cielo, sacando pecho.... y la piedra de las fachadas se seca más rápido cuando llueve...
y huele distinto y la gente camina de otra forma, ya no encogen los hombros por el frio...
Pero es la luz la que reina, es la que con su decisión de aparecer, me regala mi primavera...
y yo sigo mirando al año, divido en 4 estaciones...
y esta estacion del año es el alimento que nutre a toda mi ciudad y marca el paso de las nuevas ramas, el ritmo de crecimiento las hojas, el caminar de la gente por la calles y la posición de sus hombros.
Y yo cierro los ojos, oriento mi cabeza al cielo y me quedo muy quieto para calentar mi cara.... notando como el sol me calienta...
Como todo renace y así respiro profundo para oler todo mi entorno.... para captar todos los detalles que están naciendo...
Y todo es nuevo, todo es mi primavera...
Continua el tiempo....todo avanza. Y el mar me enseña lo importante que es mirar al horizonte sabiendo que quien lo domina es la fuerza del agua. En invierno hay días de viento que empujan a las olas contra las piedras. Rompen de forma desordenada y se elevan mirando hacia arriba, mirando a mis ojos que están detrás de la cámara... salpican y llenan el aire de un intenso olor a sal y humedad... llegan, rompen y se van. Para volver de nuevo...pero me dejan pequeños instantes en los que el azul se une al verde y juntos conforman los mejores momentos que pueden existir. Donde sentirte tan libre como la dirección de las mareas. Que quien sabe de donde vienen.... a mi me gusta pensar que vienen de alguna isla de blanca arena...llegan directas para regalarme estas imágenes cuando estoy haciendo eso que tanto me gusta; mirar....
Colores, viento, sal, agua y miradas.... este es mi invierno....
